PARQUE NATURAL DE MONDRAGÓ

Está situado en el sudeste de la isla de Mallorca, en el término municipal de Santanyí, y ocupa un área aproximada de 766 hectáreas, de las cuales 95 son de propiedad pública, mientras que el resto, corresponde a fincas de propiedad privada, muy parceladas, que se destinan preferentemente al cultivo extensivo de secano.

En 1992, Mondragó fue declarado Parque natural. Es también Área Natural de Especial Interés (ANEI) y forma parte de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC).

Siglos de actividad agrícola y ganadera han definido su paisaje. Destaca la gran cantidad de paredes de piedra en seco y barraques de roter (refugios de piedra utilizados como alojamiento de personas, animales o aperos) que pueden ser de vigas o de curucull (de cubierta cónica). Más raros son los bancales, que se localizan en las torrenteras y en los barrancos. También encontramos elementos de ingeniería popular ligada al aprovechamiento del agua: norias, acequias, albercas y cisternas.

Otros testimonios son los relacionados con el aprovechamiento forestal: sitges (carboneras), barracas de carboneros y hornos de cal. Además de otros elementos como: varaderos para embarcaciones, canteras de piedra arenisca, pequeñas construcciones defensivas y escondrijos de contrabando.

El topónimo de s’Amarador menciona un uso antiguo de los estanques que consistía en sumergir durante un tiempo fajos de lino y cáñamo para la obtención de fibra vegetal; o bien troncos para darles resistencia y poder emplearlos para la construcción de barcas o como vigas para viviendas.

Folleto Parque Natural de Mondragó ES

 

Fulletó FLORA CAT,  Folleto  FLORA  ES,  Brochure FLORA EN

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  • Paseen en silencio y por los caminos. Así evitarán molestar a la fauna y a otras personas.
  • Se encuentran en un área de alto riesgo de incendio. No enciendan fuego en ningún caso.
  • Circulen por los caminos señalizados y estacionen el vehículo en los aparcamientos autorizados.
  • Los perros pueden molestar a la fauna y a los visitantes. En caso de traerlos, llévenlos atados. No los paseen por las playas.
  • Depositen los residuos en las papeleras y en los contenedores. Fomenten la reducción, la reutilización y el reciclaje de residuos.
  • Respeten la propiedad privada y hagan buen uso de la pública.
  • No estropeen los elementos etnológicos. Respeten el trabajo de los que nos precedieron.
  • La acampada en el Parque está prohibida.
  • Colaboren en la conservación del Parque y aporten sugerencias para mejorar este espacio natural protegido.

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l Parque natural de Mondragó está situado en la costa sudeste de Mallorca, en las marinas de Levante, en el término municipal de Santanyí.

Se puede llegar por la carretera Palma-Santanyí (Ma-19). Los accesos están señalizados: desde Santanyí, desde s'Alqueria Blanca, desde la carretera a cala Figuera y desde Porto Petro.

Aquellas personas con movilidad reducida pueden solicitar una silla Joëlette y se acordará la visita siempre que haya voluntarios disponibles.

Parc Mondragó: Folleto accesos

MAPA

PARQUE NATURAL DE MONDRAGÓ

La mayor superficie del Parque la forman una multitud de rotes, pequeñas parcelas de tierra muy pobre, generalmente cerradas con paredes de piedra en seco, con cultivos de secano mixto de árboles y extensivos. Predominan el almendro (Prunus dulcis), el algarrobo (Ceratonia siliqua) y la higuera (Ficus carica) y se cultivan gramíneas como la cebada, avena y trigo.

La aridez del clima y los suelos pobres determinan que predomine el monte bajo, formado principalmente por el acebuchal (Oleo-Ceratonion), con especies como el acebuche , el pino carrasco (Pinus halepensis), el lentisco (Pistacia lentiscus), el labiérnago (Phillyrea sp.), la estepa (Cistus sp.), el romero (Rosmarinus officinalis), el brezo (Erica multiflora) y la lavanda (Lavandula dentata).

Entre las plantas de monte bajo y dentro de los pinares del Parque, destacan las orquídeas: la orquídea gigante (Barlia robertiana), la orquídea piramidal (Anacamptis pyramidalis), los gallos y “gallets” (Serapias sp.) y diversas especies de los géneros Ophrys y Orchis.

El grupo faunístico más destacado en el Parque son las aves, seguidas por los mamíferos. Entre estos últimos se hallan el erizo, la comadreja, la jineta, la marta, algunos roedores como el conejo, la liebre, el ratón de campo y el lirón careto. Entre las aves son frecuentes el alcaraván, la paloma torcaz , la tórtola, el cernícalo, la abubilla y muchas otras de tamaño pequeño como el carbonero común y la curruca.

Algunas encinas aparecen en el fondo de los barrancos, también destaca la presencia de un importante sistema dunar en S’Amarador donde crece el cardo corredor marino (Eryngium maritimum), la lechetrezna de las playas (Euphorbia paralias) y la azucena marina (Pancratium maritimum).

En el tramo final de los torrentes de s’Amarador y las Fonts de n’Alis se forman dos estanques salobres, donde encontramos el carrizo (Phragmites australis), el junco redondo (Juncus acutus) y la siempreviva (Limonium sp.). Ocasionalmente podremos ver ánades reales (Anas platyrhynchos), pollas de agua (Gallinula chloropus), fochas comunes (Fulica atra) y garzas (Egretta garzetta, Ardea cinerea). En los estanques, también viven la serpiente de agua (Natrix maura) y la rana común (Rana perezi). Con respecto a la fauna acuática, están presentes el múgil (Mugil cephalus), la gambusia (Gambusia affinis) y la anguila.

La costa es rocosa, llena de precipicios, excepto en las playas. En ella nidifica el halcón común y se pueden ver el cormorán moñudo y la gaviota de Audouin. La comunidad vegetal dominante en los roquedales es la Crithmo-limonietum, son abundantes el hinojo marino (Crithmum maritimum) y la siempreviva (Limonium sp.). Sobre las rocas, pero también en las paredes de piedra en seco, se posan algunos reptiles, como la salamanquesa común (Tarentola mauritanica). En toda la marina habitan la culebra de cogulla, la tortuga mediterránea, y el sapo verde balear.

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El centro de información y la tienda del Parque se hallan cerca del aparcamiento de ses Fonts de n’Alis, y la oficina administrativa del Parque está ubicada en el pueblo de Santanyí, en la calle Can Llaneres, 8.

Las zonas de S’Amarador y ses Fonts de n’Alis tienen cada una un aparcamiento público y un área recreativa en sus proximidades, antes de llegar a las calas. En estas zonas están los aseos públicos.

El aparcamiento está gestionado por la asociación S'Estel de Llevant. Las tarifas de estacionamiento por día son: coches 5 €, motos 2 €, caravana 9 € y 12 € autobuses.

Mondragó cuenta también con diversos itinerarios señalizados. Se ofrece un servicio de visitas guiadas durante todo el año (ver tarifas).

  • Centro de Información del Parque Natural de Mondragó carretera de Cala Mondragó s/n, Santanyí. Teléfono 971 18 10 22. Fax 971 18 14 69. Horario: abierto de lunes a domingo de 9 a 16 h, excepto el día de Navidad y año Nuevo.
  • Oficina del Parque (Can Crestall) C/ de Can Llaneres, 8. 07650 Santanyí. Teléfono 971 17 60 65. Fax 971 64 21 30. Horario: de lunes a viernes de las 8 a las 15 h.
  • 2 áreas recreativas.

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Las personas que no puedan acceder al medio natural, por cualquier dificultad física o psíquica, pueden solicitar realizar los itinerarios con una silla Joëlette. Para más información puede consultar el folleto en www.caib.es

Para elegir entre nuestra oferta de itinerarios pueden ponerse en contacto con la informadora del Parque, quien les sugerirá varias opciones. (Teléfono de contacto del Parque 971 18 10 22)

Para concertar la visita pónganse en contacto con los voluntarios de Cruz Roja, con un mínimo de tres semanas de antelación. (Teléfono de atención al público de la Cruz Roja de 24 horas: 971 29 50 00)

Se acordará la visita siempre que haya voluntarios (o voluntarias) disponibles.

El préstamo de la silla es completamente gratuito.

El proyecto está financiado íntegramente por la Obra Social de "la Caixa".

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  • Itinerari del mirador de ses Fonts de n'Alis
  •    
  • Itinerari de la volta a sa Guàrdia d'en Garrot
  •    
  • Itinerari de la punta de ses Gatoves
  •    
  • Itinerari de S'Amarador

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Itinerari del mirador de ses Fonts de n'Alis

Dificultad:Baja
Distancia:640 m
Duración:15 min
Recomendaciones:Paseo agradable para evitar el tránsito de vehículos
Temática:Diversos ambientes naturales

Color:   

Os proponemos un paseo agradable que une el aparcamiento de Ses Fonts de n'Alis con la playa a través del bosque, bordeando el estanque. Empezamos este itinerario en el aparcamiento de ses Fonts de n'Alis, junto al centro de información del Parque. Si iniciamos el camino en el horario en que el centro se encuentra abierto, podremos dirigirnos a él para que nos informen de todo lo que queramos saber relacionado con el Parque. En el aparcamiento, al fondo de la explanada, se encuentra un portillo estrecho desde donde iniciamos el camino. Entraremos en una antigua zona agrícola en la cual la vegetación va cambiando progresivamente hasta convertirse en garriga de zonas costeras o marina. Popularmente se conocen estas tierras con el nombre de pletes.

Etapas

La agricultura que encontramos en esta comarca del este de Mallorca, y también dentro del Parque, actualmente es poco importante, si no en superficie de cultivos, sí en intensidad, ya que se trata de campos dedicados a cultivos de secano, generalmente arbóreos (almendros, algarrobos y en menor cantidad higueras), complementados a menudo con el cultivo de forrages para las ovejas. Más adelante tendremos la posibilidad de observar indicios de antiguos cultivos de regadío en el torrente de ses Fonts de n'Alis: sólo los fondos de los torrentes se aprovechaban para el cultivo de huerta o de cítricos. Cerca del torrente de s'Amarador en la zona que se conoce como s'Hort des Metge, quedan una noria y un sistema de canalizaciones testimoniales de este aprovechamiento agrario. El cultivo de la almendra y la algarroba ha dejado de ser productivo, especialmente en una tierra tan parcelada como la de Mondragó. Muchas de las tierras agrícolas que vemos no se cultivan, los árboles pierden productividad y la vegetación espontánea de marina avanza sobre los campos abandonados.
Los acebuches y pinos caracterizan la zona boscosa por donde descendemos de camino a la costa. Dejaremos a la izquierda una pared seca que separa la zona boscosa de algunas parcelas agrícolas, donde los algarrobos y los almendros ocupan las vistas. La pendiente es muy suave al comienzo del camino, y se acentúa a medida que avanzamos, así desciende la cota hasta alcanzar el mismo nivel del mar. Este es un itinerario sencillo, fácil de seguir, y no presenta grandes dificultades en el trazado. Es un camino adecuado para hacerlo con niños, tanto porque tiene una morfología fácil como una duración breve. En un primer momento avanzamos por una zona de marina con una clara dominancia del pino blanco (Pinus halepensis), que comparte el sustrato con muchas otras especies, como las matas (Pistacia lentiscus), los acebuches (Olea europaea silvestris), las sabinas (Juniperus phoenicea) y el romero (Rosmarinus officinalis). Podremos dedicar un tiempo a observar con tranquilidad el paisaje para reparar en abundantes detalles que a primera vista se nos escapan. Donde inicialmente sólo vemos árboles, el interés hará que apreciemos también pequeñas plantas, musgos, líquenes, nidos e insectos todo ello acompañado de los sonidos de la naturaleza (cantos de los pájaros, chirrido de los grillos, e incluso, en días de temporal, el oleaje del mar). En algunos pinos veremos como en una rama determinada crecen anárquicamente las hojas, apretadas, que forman lo que se conoce como nido o escoba de bruja: se trata de una malformación del árbol de origen desconocido. La mayor densidad de estas ramas es utilizada para que algunas especies nidifiquen, como el búho chico (Asio otus). También nos fijaremos en la forma esbelta que generalmente tienen los pinos de nuestros bosques: esto se debe al aprovechamiento tradicional de las ramas bajas por parte de los carboneros. Actualmente, no se hace un uso tan generalizado de la madera de pino, las podas son selectivas y los árboles tienen la tendencia natural de adoptar formas más robustas y redondas. Pasamos una segunda abertura en las paredes medianeras que parcelan el territorio y, siguiendo hacia la derecha, llegamos a un mirador desde el que se abre la vista hacia el interior del valle fluvial por donde discurre el torrente de ses Fonts de n'Alis.
Desde el mirador y a nuestra izquierda, divisamos el tramo final del torrente, donde se forma un estanque antes de llegar al mar, a la derecha podemos apreciar como dos torrentes procedentes de puntos opuestos se juntan en uno solo, el que procede de levante es el torrente des Jai, el que llega desde ponente es el torrente de ses Coves del Rei. Mientras que el lecho del torrente aparece con escasa vegetación y del todo embarrado en verano, las laderas del valle lucen una cubierta vegetal variada, donde destacan los acebuches. Sólo en la parte media de las paredes aflora la roca madre, que forma acantilados grises (calizos) que no permiten que crezcan las plantas. El paso del torrente, así como las oscilaciones del nivel del mar determinan la morfología que aquí podemos ver: el valle se ha formado por la disolución de los materiales menos densos con el paso descendente del agua y la intrusión del mar. Este canal se ha mantenido como un paso encajado entre dos pequeños macizos de roca, hoy cubiertos por una capa de suelo que permite que se desarrolle la garriga. A medida que seguimos nuestro camino, llegamos progresivamente al nivel del mar. A la izquierda del camino, debajo de las peñas que cierran el valle, crecen la lavanda (Lavandula dentata) y la ruda (Ruta graveolens).
Finalizando el descenso desde el interior del bosque, a la altura del paso del torrente, podemos disfrutar de un ambiente bien diferente en el fondo de este valle. Nos encontramos ya cerca del estanque de ses Fonts de n'Alis. Como la profundidad del estanque es poco importante y el lecho del torrente es bastante llano, el estanque en verano no es más que una balsa de agua en el centro del lecho, y en invierno suele ser una lámina de agua continua que abarca toda la llanura de este torrente. Generalmente, no corre el agua, y la que se acumula no tiene suficiente fuerza ni suficiente volumen para superar la playa, que actúa como una barrera de arena. De todos modos, las infiltraciones subterráneas y la fuerza del oleaje cuando hay temporal determinan que estas aguas sean salobres durante todo el año, si bien varía el grado de salinidad según los aportes de agua dulce. Este estanque, así como el de s'Amarador, es de los pocos que se conservan en el litoral del levante de la isla, ya que la mayoría de estanques que se formaban en la desembocadura de los torrentes han sido desecados por el proceso urbanístico de la segunda mitad del pasado siglo.
Las zonas húmedas destacan por la gran biodiversidad que tienen debido a la variedad de ambientes que las forman (praderas de salicornias, aguas estancadas más o menos salobres, dunas, terrenos inundables, playa). Además, el Mediterráneo occidental es una zona clave en las rutas migratorias de muchas aves europeas que migran de suroeste a noreste en primavera y en sentido contrario en otoño por lo que los estanques y los humedales tienen una función muy importante para las aves migratorias, similar a la función que nos hacen a nosotros las áreas de servicios junto a las autopistas que atraviesan el continente. Las aves que más destacan en las zonas de albufera de nuestras latitudes son los ardeidas, como la garza gris (Ardea cinerea) y la garceta (Egretta garzetta) los larolimícolas como la gaviota de Audouin (Larus audouinii ), el andarríos chico (Actitis hypoleuros) y el chorlitejo (Charadrius spp.), y las anátidas, como el ánade real (Anas platyrhynchos), la focha común (Fulica atra) y la gallineta de agua (Gallinula chloropus). Algunas de estas especies viven todo el año en las albuferas y los torrentes mallorquines, otras nos visitan periódicamente, sobre todo durante el invierno.
Sólo la playa separa el estanque del mar. Podremos oir nombrar esta playa con diferentes designaciones: además del de Cala Mondragó, que hace referencia a toda la región, incluida también la playa de s'Amarador. La playa que aquí tenemos tiene dos topónimos propios, uno es el de Caló d'en Garrot, que es como lo llaman sobre todo los vecinos de s'Alqueria Blanca. El segundo topónimo es el de playa de Ses Fonts de n'Alis, que es como la llamaban los vecinos de Santanyí, que llegaban antiguamente por un camino que sigue el trazado del torrente de Ses Fonts de n'Alis. Ses Fonts de n'Alis son unas fuentes naturales que surgen a ras del suelo, en el trazado del torrente que adopta el nombre.

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Itinerari de la volta a sa Guàrdia d'en Garrot

Dificultad:Baja
Distancia:940 m
Duración:25 min

Color:   

Este itinerario comienza y termina junto al caló d'en Garrot, también conocido como playa de Ses Fonts de n'Alis. Entraréis en un pinar y llegaréis hasta el Caló des Burgit, una pequeña pero preciosa playita de arena. Su nombre deriva de la palabra “brogit” (en catalán se puede escribir como brogit o borgit y significaría el fragor, es decir, los ruidos estruendosos que originan las olas al romper en las rocas y el viento en el follaje).

Etapas

Junto al acceso a la playa, está el área recreativa de Ses Fonts de n'Alis, desde aquí se inicia el camino que llega a las proximidades del Caló des Burgit. Caminaremos en dirección este, siguiendo una pista forestal que atraviesa un bosque de pinos y sabinas. Llamamos a este bosque sabinar porque se caracteriza por la presencia de sabinas (Juniperus phoenicea), propias de los espacios costeros (especialmente zonas dunares), pero podemos apreciar que son los acebuches y los pinos las especies más abundantes. Los pinos carrascos (Pinus halepensis) están muy presentes en el medio natural, ya que son unos árboles adaptados a buena parte de los ambientes que hay en las Islas Baleares. La escasez de sabinares en la isla de Mallorca es un hecho decisivo a la hora de remarcar la importancia que tienen los del Parque natural de Mondragó. Podremos contemplar en ella las especies más representativas de la marina, que es como se denomina la garriga característica de las zonas costeras. En primer lugar, la sabina, por su representatividad, así como el pino carrasco; también distinguimos arbustos como el acebuche (Olea europaea sylvestris.), el romero (Rosmarinus officinalis), la mata (Pistacia lentiscus), el brezo (Erica multiflora) y el aladierno (Phillyrea angustifolia), por debajo de éstos, además de multitud de hierbas, como el lastón (Brachypodium retusum), podremos distinguir las especies de orquídeas que florecen en la marina (Ophrys vemixia, Bartlia robertiana, Anacamptis piramidales, Serapias lingua...), así como abundantes tipos de musgos, líquenes y hongos. En los lugares propiamente mediterráneos, como es éste, el verano es muy seco y caluroso, la primavera y el otoño son más húmedos y de temperaturas suaves, y el invierno es relativamente frío. Las variaciones meteorológicas son muy marcadas y determinan grandes diferencias en la naturaleza a lo largo del año. Por ejemplo, aparecen musgos y setas durante el otoño y el invierno, florecen los arbustos en primavera y desaparecen buena parte de las plantas herbáceas en el verano... Este tipo de vegetación que domina el sabinar se entremezcla con especies propias del terreno rocoso cerca de los acantilados, como el socarrell (Launaea cervicornis), el hinojo marino (Crithmum maritimum) y las saladinas (Limonium spp.). Estas especies que viven en las rocas del litoral están adaptadas a los vientos fuertes, el oleaje y la sal en el aire.
Tan pronto como observemos el Caló des Burgit, nos sorprenderemos por la belleza de la cala, pero también por la transparencia del agua, que los días soleados refleja un color cielo intenso. Esta pequeña cala, muy cercana a las playas más conocidas como las de Ses Fonts de n'Alis y S'Amarador, nos permite disfrutar en verano de un espacio para el baño más íntimo, aunque tengamos que renunciar a los servicios públicos que nos ofrecen las otras. En nuestra ruta, justo antes de llegar al caló, tomaremos un sendero que nos sale a la derecha. Nuestro paseo continúa por dentro del sabinar en un recorrido bastante paralelo a la costa.
A lo largo de la costa virgen, poco accesible desde el mar por ser irregular y por la dificultad que supone salvar los acantilados, se encuentran algunos varaderos entre rocas y paredes naturales. Los varaderos son lugares en la costa rocosa donde se hacen unas adaptaciones en forma de plano inclinado para poder sacar del agua las embarcaciones. Los emplean los pescadores. Además de los pescadores, ha habido vigilantes, carabineros, contrabandistas, carboneros, incluso excursionistas y numerosos turistas, que han trajinado por estas costas, cada uno de ellos con unas motivaciones concretas. Entre el Caló des Burgit y ses Font de n'Alis observaremos un nido de ametralladoras construido durante la Segunda República sobre los restos de una antigua torre que permitía vigilar la entrada a las calas de Mondragó, des Burgit y Sa Barca Trencada. Si ponemos atención, quizá descubriremos, muy próximo al camino, un secreto de contrabando.
La costa de esta zona corresponde a plataformas calcáreas formadas bajo el mar durante la era terciaria, en el período mioceno, entre veinte y cinco millones de años atrás. En épocas posteriores a la formación de estas rocas, ha habido cambios climatológicos importantes que han hecho oscilar el nivel del mar. Estos cambios de ambiente así como los efectos de la lluvia, las olas y el viento, han configurado el aspecto actual de estas formaciones rocosas. En las proximidades del nido de ametralladoras podremos distinguir perfectamente los estratos que se superponen en la roca: unas capas o estratos, corresponden a depósitos de arenas formados en superficie, otros a acumulaciones de materiales muy finos con abundantes conchas fosilizadas en el fondo del mar. Los acantilados que miran al mar son bajos y forman escalones de abrasión marina que se conocen con el nombre de tenasses. A menudo se desarrollan cavidades horizontales, formadas por la erosión de las olas, que con el paso de los milenios se transforman: las sencillas mordeduras creadas por el efecto directo del agua y el viento pueden llegar a evolucionar hasta convertirse en cuevas litorales complejas, que en ocasiones alcanzan un desarrollo kilométrico adentrándose hacia el interior de la isla. El litoral mallorquín es rico en cuevas y galerías costeras, la entrada de las cuales se encuentra frecuentemente bajo el mar. Otras morfologías propias del lugar son los sopladeros o bufaderos y los arcos costeros. Desde estos acantilados, poco después de haber pasado junto al nido de ametralladoras, encontramos algunos lugares magníficos para disfrutar del panorama que nos proporcionan las playas, las rocas costeras y el mar abierto.
La zona de Mondragó se formó en un mar de temperatura elevada en la que vivía el coral. Se trata de una gran plataforma que emergió con una bajada generalizada del nivel del mar y que se configuró como un área de marina, es decir: plana, homogénea y litoral. A lo largo de la zona costera se extiende la unidad de arrecifes de coral, sobre la que se disponen grandes tramos de calizas que se corresponden con lo que conocemos como piedra de Santanyí. La mayoría de las rocas que vemos en superficie son carstificadas: el agua de la lluvia, mezclada con el dióxido de carbono que hay en la atmosfera crea un proceso de disolución de estas rocas llamado modelado cárstico. Con el paso de los siglos se forman multitud de morfologías, como los torrentes encajonados entre paredes, las simas, las cuevas, las estalactitas y las estalagmitas. Los acantilados costeros adoptan las formas que vemos como consecuencia del efecto abrasivo de las olas sobre el litoral. En algunas de las paredes podemos reconocer fácilmente las formas en capas que corresponden a antiguas dunas fosilizadas. El estrato más moderno, cuaternario, está formado por depósitos sedimentarios de origen torrencial que configuran los suelos donde mejor se desarrolla la vegetación. Las playas son el resultado de las acumulaciones de arena que deposita el oleaje sobre la línea de la costa. Los granos de arena están formados por pequeñas partículas de roca que proceden de la costa cercana, pero también una gran cantidad de partículas son carbonato cálcico, procedente de la fragmentación de los numerosos moluscos, como conchas y caracolas, que viven en los fondos marinos. Y si la lluvia y las olas marinas dejan claras huellas en nuestros relieves, también el viento actúa como agente modulador en algunos ambientes específicos. De manera muy especial, en la playa de S'Amarador vemos un ejemplo de cómo se forman dunas sobre la extensión de arena, plana y sin vegetación.
Acabamos esta vuelta cerca de la playa de ses Fonts de n'Alis. Este pequeño arenal, formado en la desembocadura del torrente, conforma una pequeña playa que actúa como barrera. Tras la playa, y visible desde ella, la parte baja del torrente de ses Coves del Rei se mantiene como una pequeña zona inundada salobre. Este estanque se seca casi totalmente durante los meses de verano, pero en invierno se origina un ambiente de humedal muy interesante.

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Itinerari de la punta de ses Gatoves

Dificultad:Baja
Distancia:720 m
Duración:25 min
Recomendaciones:Calzado cómodo

Color:   

Si desea pasear por un típico bosque costero mediterráneo, observar los efectos de las olas sobre la costa y los del viento sobre la vegetación... Si desea toparse con indicios de la explotación tradicional del bosque y ver cuál es el uso principal que hacemos hoy en día... Si desea saber cómo son las paredes que en Mondragó delimitan los cercados, como son las vistas que tenemos de la costa de levante y como son las playas de las que vienen a disfrutar miles de visitantes cada verano... ... Si es así, le gustará realizar el itinerario de la punta de ses Gatoves.

Etapas

Si nos desplazamos en coche hasta el Parque, lo estacionaremos en el aparcamiento de Ca sa Muda, a 500 metros de la playa de S'Amarador. Se accede a él por la carretera de Cala Figuera. Iniciamos el itinerario en dirección a la playa siguiendo un camino muy ancho, asfaltado, delimitado entre dos paredes de piedra seca que enmarcan el bosque. A ambos lados podremos ver altos ejemplares de pino blanco o carrasco (Pinus halepensis), entre los que se mezclan algunas sabinas (Juniperus phoenicea). Justo tocando la playa, veremos un desvío a la derecha que nos permitirá seguir por la costa. A partir de este momento caminaremos por dentro del bosque, donde tendremos que tener cuidado de no hacer ruido excesivo, ya que hay que pensar en los habitantes de este lugar, así como en el resto de visitantes.
Quizás nos llama la atención la gran cantidad de sabinas que crecen en esta zona, esta especie es la que da nombre al tipo de bosque en el que nos encontramos: el sabinar. El sabinar es uno de los bosques costeros mediterráneos típicos, en la marina de Mondragó las sabinas y los acebuches crecen entre pinos abundantes y matas. Caminando cerca de la costa podremos disfrutar de unas vistas espectaculares del litoral del Parque, pronto encontraremos un horno de cal. En estos hornos circulares se acumulaba leña, que se encendía una vez que había sido cubierto de piedras, que se juntaban con las paredes del horno y lo cubrían en forma de bóveda. En la parte inferior, en un lateral, se mantenía una boca o agujero, por donde se añadía leña para que la combustión pudiera durar bastantes días. Cuando el proceso había provocado que las piedras se calcinasen, se deshacía la bóveda que cubría el horno y de la roca se sacaba la cal viva. Esta se usaba como conglomerado para la construcción, para desinfectar, para blanquear las paredes, para sulfatar las plantas... Tendremos que prestar atención a los seres que crecen y viven en este ecosistema. Observaremos algunas aves como son la abubilla (Upupa epops), el piquituerto (Loxia curvirrostra), la mèrlera (Turdus merula) o la perdiz (Alectoris rufa), y con un poco de suerte quizá tendremos la oportunidad de observar un halcón peregrino (Falco peregrinus) o algún cormorán (Phalacrocorax aristotelis) tomando el sol sobre las rocas o pescando. Pero en cuanto a los mamíferos, nos tendremos que conformar con poder distinguir algún indicio en el bosque, ya que son animales de hábitos generalmente nocturnos y crepusculares: la gineta, la comadreja y la marta. Los suelos de este litoral son pobres y el régimen hídrico es claramente deficitario durante buena parte del año, esta escasez de tierra y de agua determina el tipo de plantas que vemos. En general, son especies de hojas pequeñas, duras, estrechas, poco carnosas y perennes.
Las zonas boscosas del Parque han dejado de tener el uso que históricamente se les dio, hoy ya no encontramos carboneros, ni cerdos que las pasten, pero no han dejado de ser zonas influenciadas por la acción del hombre. Nuestros bosques son actualmente un espacio por donde se pasea, se recogen setas o incluso se caza, por lo que requieren una gestión. Los trabajos que se realizan están encaminados a prevenir los incendios forestales, así como a luchar contra las plagas y repoblar las zonas de vegetación más pobre. También se mantienen transitables los caminos. De entre las plagas que afectan a nuestros bosques, debemos destacar una: la procesionaria del pino. Se trata de orugas que se desplazan agrupadas formando procesiones, de ahí su nombre. Es una especie mediterránea que fue introducida en las Islas Baleares a partir de los años 50 en el cepellón de unas plantas que provenían de la Península, y se expandió rápidamente. Su vida transcurre en cuatro fases: huevo, oruga, crisálida (pupa) y mariposa, pero es en la fase de oruga cuando causa más daño. Esta se come las hojas de los pinos y puede afectarles gravemente si los ataques son muy intensos o repetidos, o si los árboles se encuentran debilitados. Pero el riesgo que representa la procesionaria no afecta sólo el bosque, la oruga tiene unos pelos urticantes que pueden afectar tanto si los tocamos como si se encuentran dispersos en el aire. La reducción de la superficie de bosque provoca más erosión, y menos capacidad para limpiar el aire y para atraer y retener la lluvia y la humedad, indispensables para la vida. Los pinos tienen una gran importancia porque viven en lugares donde no subsiste ninguna otra especie: entre las rocas, junto al mar, en suelos muy pobres... Por todo ello, se hace una gestión activa del pinar, que consiste en colocar trampas de feromonas para atraer y capturar los machos de las mariposas, eliminar las bolsas cortándolas, colocar trampas de luz negra para capturar adultos, colocar cajas nido para la cría del “capferrerico”, que se come la procesionaria.
Si queremos observar efectos curiosos en los pinos pondremos atención en los que crecen próximos a los acantilados y observaremos la magnífica capacidad de adaptación que tiene esta especie. No es sólo la falta de suelo donde arraigar, muy delgado entre las rocas, sino también el castigo del viento, cargado de sal, lo que condiciona el crecimiento casi horizontal de estos árboles que reciben el nombre de pinos “barraquers”. Entre los pinos y el mar, por encima de las rocas, encontramos las comunidades rupícolas, caracterizadas por pequeñas plantas que sobreviven con la escasa tierra que se acumula en las grietas que hay entre las rocas. En las rocas que encontramos cuando avanzamos por el litoral podemos ver las marcas de multitud de conchas y caracoles: son fósiles de animales que vivían en estas tierras en el momento en que se formaron las rocas. Cuando estos animales con caparazón mueren, la parte blanda de los cuerpos desaparece rápidamente, pero los esqueletos se llenan del material que les cae encima, y con el paso del tiempo y con unas condiciones propicias, cuando se solidifican estos materiales, los esqueletos formados por cal, se integran dentro de los sedimentos compactados y pasan a formar parte de la roca. Los fósiles que observamos en los acantilados corresponden a moluscos que vivían en las plataformas que hoy conforman las marinas de mediodía, que se formaron en el fondo marino durante la era terciaria. Muy pronto, dejando atrás el caló, debemos fijarnos en el suelo del lado izquierdo del camino para que no nos pase por alto la presencia de un agujero cuadrangular en el suelo. Es la apertura de un escondite donde tiempo atrás se escondían los productos de contrabando, llegados por el mar, a la espera de poder ser distribuidos. Estos secretos, que es el nombre con el que se conocen, abundan a lo largo de la costa de toda la isla. Continuando nuestro camino, muy pronto nos reencontraremos con la carretera de acceso a la playa, donde hemos empezado el itinerario.

PARQUE NATURAL DE MONDRAGÓ

Itinerari de S'Amarador

Dificultad:Baja
Distancia:1,100 km
Duración:25 min
Temática:Diversidad biológica

Color:   

Este itinerario recorre los alrededores de la zona de S'Amarador, la playa más grande que podemos encontrar dentro del Parque natural de Mondragó. También hay una zona húmeda ligada al torrente que desemboca en esta playa. Su importancia radica en la diversidad biológica que encontramos, ya que es una de las escasas áreas de albufera que quedan en esta zona del litoral.

Etapas

Cerca del aparcamiento de Ca sa Muda, en la misma dirección que tomaríamos para llegar a la playa de S'Amarador. Encontraremos un desvío a mano izquierda, donde se inicia el itinerario de s'Amarador. Este sendero nos hace entrar dentro de este bosque de pinos, sabinas y acebuches. Con abundantes arbustos mediterráneos, como el lentisco o mata, las jaras, los aladiernos, el romero, el brezo y algunas especies herbáceas como la lavanda. Nos lleva hacia el límite entre el bosque y las tierras de cultivo donde nos topamos con una balsa o bebedero que hace un excelente servicio a la fauna silvestre de la zona. Un poco más adelante, nos tendremos que desviar del camino, hacia la izquierda, y encontraremos una caseta construida totalmente en piedra y de forma cónica. Esta construcción se conoce en la zona con el nombre de caseta de curucull. Y a su lado veremos un corral de piedra.
Con el nombre de roters se conoce a los agricultores que cultivaban tierras pobres, normalmente lejanas de las cases de possessió y los núcleos de población, a cambio de una renta o diezmo (décima parte de la producción de la tierra). Las barracas son casitas de pequeñas dimensiones construidas con piedras que encajan entre sí sin necesidad de ningún material que las trabe. La cubierta se hace con ramas de la vegetación dominante (pino, acebuche, sabina...) o bien con piedras. A menudo las casetas tienen una cisterna asociada, dentro o fuera, o bien un aljibe o una balsa cercana. La utilidad de estas construcciones es obvia en estos terrenos agrícolas, ya que cumplían la necesaria función de almacén para la producción de almendras y de algarrobas, la de cobijo para los agricultores en caso de mal tiempo, la de cueva para el resguardo del rebaño, la de habitáculo para mantener las herramientas del campo e incluso la de residencia temporal para los roters en épocas de trabajo intensiva en el campo. Pero hay barracas de muchos tipos repartidas por toda la payesía de Mallorca que podían ser usadas también por pescadores, por carabineros que vigilaban la costa, por carboneros, por neveros... Dentro de los terrenos de propiedad pública del Parque natural de Mondragó podemos encontrar un gran número de casetas de roter, todas de origen agrícola. Las barracas de roter de vigas y las de curucull son las más abundantes. Las primeras a menudo se dividen en dos cámaras, una de ocupada por los animales, a modo de establo, y la otra como vivienda para las personas, con una despensa, un hogar y a veces una cisterna. Las barracas de curucull normalmente servían para que descansasen los animales, son más pequeñas, de techo y portal bajos, y se caracterizan sobre todo por la cubierta redonda, en forma de bóveda hecha de piedra. Estas construcciones son unos elementos muy comunes en todo el ámbito mediterráneo desde la época antigua. Es durante el siglo XVIII, cuando se produce el declive de las incursiones de piratas en Mallorca, en que se produce la proliferación de las barracas por todas las marinas mallorquinas.
Tendremos que volver hacia atrás unos metros hasta encontrar el camino por el que avanzábamos; seguimos hacia la izquierda y enseguida nos encontramos con una nueva vía, más ancha. Pronto pasaremos por un portillo ancho que se abre en una pared seca que separa dos cercados; este hecho nos evidencia que, a pesar de caminar por un bosque, este espacio seguro que había sido aprovechado para la subsistencia de la población a lo largo del tiempo. Las paredes que lo atraviesan no son simples delimitaciones de antiguas propiedades, sino que también son cercados para el ganado, así como los límites de las fincas que indicaban a los diferentes trabajadores hasta donde podían proveerse de los recursos del bosque: la madera, el carbón, la caza, la cal... Con un poco de suerte, y si avanzamos en silencio, podremos observar alguna tortuga (Testudo hermanni), conejos (Oryctolagus cuniculus), liebres (Lepus granatensis), o aves como la tórtola (Streptopelia turtur), la abubilla (Upupa epops) o la paloma torcaz (Columba palumbus). Será menos probable que veamos otros animales, también presentes, como el alcaraván (Burhinus oedicnemus), el cernícalo (Falco tinnunculus), el capferrerico (Parus major), el molinero (Sylvia balearica) y otras currucas (Sylvia spp.), el erizo (Erinaceus algirus), el ratón de campo (Apodemus sylvaticus), el lirón careto (Elyomis quercinus), la comadreja (Mustela nivalis), la gineta (Genetta genetta), la marta (Martes martes), la serpiente de garriga (Macroprotodon cucullatus) o el sapo (Bufo viridis). En la vertiente izquierda del camino pronto identificaremos una caseta de roter junto a un pedregal. Los majanos son acumulaciones de piedras que se pueden configurar como simples montones o bien como construcciones más o menos consolidadas. La finalidad que tienen es almacenar las piedras que se retiran del campo para cultivar la tierra, y así proveer de piedra a los agricultores para construir nuevos elementos. Podemos encontrar majanos construidos con una forma regular, donde se dejan aberturas y pequeñas galerías que se utilizan para la caza del conejo con hurón (Mustela putorius). Las galeras son majanos largos y anchos, construidos de piedra seca. Pocos metros más adelante, continuando la marcha, apreciamos una nueva construcción de piedra: una cisterna de cuello semicircular.
Girando hacia la derecha, descenderemos de nivel unos metros y, bajando unos escalones, nos situaremos junto a la orilla derecha del torrente de S'Amarador. Enfrente vemos el lecho del torrente, que a su paso por este tramo, suele llevar agua todo el año. Algunas veces la conjunción de intensas lluvias y de temporal marino consigue romper la franja de arena y hacer desembocar el torrente al mar. Justo antes de llegar a la zona dunar se forma una zona de humedal que crea un hábitat diferente. Este lugar es el que da nombre al torrente y a la playa: S'Amarador, ya que antiguamente los vecinos de Santanyí amaraban el lino y el cáñamo para hacer tejidos, y los troncos para la construcción. Este proceso de amarar las plantas y la madera producía un olor característico por lo que este lugar no era muy apreciado por la mayoría de la gente. El paso del torrente forma varias curvas, o meandros, en medio de un terreno llano de material terroso que se ha depositado a lo largo de las sucesivas inundaciones: es lo que conocemos con el nombre de llanura aluvial. Estas tierras permiten el crecimiento de abundante vegetación en las proximidades del lago. La presencia constante de agua, con un grado de salinidad variable debido a la proximidad del mar, determina la supervivencia de especies vegetales propias de las zonas húmedas, como por ejemplo el cañizo (Phragmites australis), los juncos (Juncus acutus), las saladinas (Limonium virgatum) o la sosa grande (Sarcocornia fruticosa). En cuanto a la fauna, tenemos que hablar de la presencia de algunas aves acuáticas, como el ánade real (Anas platyrhynchos), la gallineta de agua (Gallinula chloropus) y la focha común (Fulica atra), que comparten el espacio con la serpiente de agua (Natrix maura), la rana (Rana perezi), el múgil (Mugil cephalus), la anguila (Anguilla anguilla) y la gambusia (Gambusia affinis), esta última fue introducida para hacer frente a la proliferación de mosquitos. Muchos invertebrados habitan este ambiente (se han identificado cerca de 40 pequeños moluscos en el Parque). Aunque no los podamos observar con asiduidad, no podemos dejar de hacer mención a las numerosas especies migrantes que descansan y se alimentan en estos estanques en las épocas de paso por nuestras latitudes como es el caso de las garcetas (Egretta garzetta) y garzas (Ardea cinerea), el martín pescador (Alcedo atthis), algunas rapaces como el gavilán (Hieraaetus pennatus) y el águila pescadora (Pandion haliaetus), y numerosas anátidas como el zampullín chico (Tachybaptus ruficollis). Continuando por este camino, dejaremos finalmente el estanque de s'Amarador para llegar al final del itinerario en un lugar llano del bosque, junto a la carretera de acceso y de la playa de S'Amarador. Para llegar es aconsejable ir por el camino habilitado y evitar pisar las dunas para no dañar la vegetación.

EVENTOS

octubre 2023
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